Los niños, en vez de cambiar tazos, cambiarían caídas de gotas, susurros de hojas contra el suelo y maullidos de gatos.
Los enamorados, en vez de cartas, se regalarían ruidos de besos y aleteos de pájaros.
Los enfadados, en vez de pelear a gritos, se mandarían rugidos de mar y truenos de espanto.
Y cuando ya estuviésemos acostumbrados sería lo más común del mundo, una cosa de todos los días, ver la calle repleta de gente ruidando entre todas ellas.
Los enamorados, en vez de cartas, se regalarían ruidos de besos y aleteos de pájaros.
Los enfadados, en vez de pelear a gritos, se mandarían rugidos de mar y truenos de espanto.
Y cuando ya estuviésemos acostumbrados sería lo más común del mundo, una cosa de todos los días, ver la calle repleta de gente ruidando entre todas ellas.
Yo... yo estoy leyendo un libro en el que un tipo caza sonidos ._. (Los escarabajos vuelan al atardecer)
ResponderEliminar(A.M.T.#)